TAREA 1: CONOCERSE A SI MISMO

LAS CINCO CLAVES DE LA RIQUEZA Y DEL EXITO

Usted debe aprender a superar la frustración

La frustración es el paso número 1 para acabar con tus sueños y metas, afecta directamente a la disciplina, y perdida está, perdidos los resultados esperados. Consejo: Aprende a disciplinar tu frustración.

Todo camino al éxito siempre tendrá decepciones, si quieres lograrlo debes encajar en las dos clases de hombres:
1. Los que superaron la frustración.
2. los que se quedaron en el deseo de superarla.

Para tener en cuenta… He aquí una fórmula para vencer el estrés en dos etapas.
1: No se deje abrumar por pequeñeces.
2: No olvide que, en realidad, todo es una pequeñez.

Resultado: Todos los triunfadores han llegado a saber que el éxito está oculto al otro lado de la frustración.

Usted debe aprender a superar
el rechazo

El desafío más grande para nuestra cultura es la dificultad de superar un No.
Nos preguntamos algo muy interesante:
¿Habrá algo en el lenguaje humano que duela más que la palabra “NO”?

Probablemente no exista, y esa simple palabrita suele ser un obstáculo para las acciones que tenemos en mente y deseamos realizar. Para contrarrestar esto, citare un adagio popular en el campo de las ventas: Los mejores vendedores son los que escuchan más las negativas, son quienes toman el NO y lo utilizan como catapulta para el SI.

Para triunfar, usted debe aprender a encajar el rechazo sabiendo cómo despojarlo de todo su poder, el que sabe controlar su cerebro puede controlar su reacción ante un rechazo. Incluso puede instalar un anclaje de modo que el «no» le sirva de estímulo. Eso es tomar el rechazo y convertirlo en una oportunidad. No olvide que el éxito está oculto al otro lado. Además, sin rechazo no hay triunfo auténtico. Cuantas más negativas reciba usted, más habrá aprendido y más cerca se encontrará de su desenlace.

Usted debe aprender a superar la presión financiera.

La presión financiera sólo la desconoce aquel que no tiene finanzas de ninguna clase. Hay muchos tipos de presión financiera, y han hundido muchas personas. Pueden propiciar la codicia, la envidia, el engaño o la paranoia; pueden embotarle su sensibilidad o privarle de amigos. Pero fíjese en que he dicho que. pueden, no que vaya a ser así necesariamente. Superar la presión financiera quiere decir saber tomar, y saber dar, saber ganar y saber ahorrar.

Con el dinero ocurre lo mismo que con todo lo demás. Puede hacerlo trabajar a favor o en contra de usted. Debe ser capaz de manejar el dinero como cualquier otro elemento de su mente, con la misma idoneidad en cuanto a los fines y la misma elegancia. Aprenda a ganar, a ahorrar y a dar. Si lo consigue dominará la presión financiera, y el dinero no será nunca más un estímulo que le ponga en un estado negativo, haciéndole caer en la infelicidad o tratar con los demás en condiciones de inferioridad muy alejadas de la plenitud de recursos

Una vez domine esas tres primeras claves empezará a percibir su vida como un gran triunfo. Si domina la frustración, el rechazo y la presión financiera, no habrá nada que no pueda emprender.

Usted debe aprender a superar la vanidad

Habrá observado usted que muchas celebridades o deportistas, después de alcanzar cierto nivel de éxito, se quedan atascados, sin progresar más en su carrera. Sencillo, es porque caen en la autocomplacencia, y entonces pierden lo que les permitió crecer y mantenerse desde el primer momento.
La vanidad es una de las pasiones más desastrosas. ¿Qué le ocurre al individuo que se apoltrona? Deja de progresar, deja de trabajar, deja de crear valor añadido. Por ejemplo:
Uno puede considerar la jubilación como el comienzo de una vida más rica, o como el final de una vida de trabajo. En cuanto al éxito, cabe considerarlo como un trampolín hacia metas más elevadas o como una plataforma donde descansar. Pero si se tumba a descansar en ella, lo más seguro es que no podrá quedarse allí mucho tiempo.
Una recomendación para evitar la autocomplacencia: Manténgase alejado de los cursillos de comadreo. Ya sabe a qué me refiero. Se trata de esas sesiones en donde se pasa revista a los hábitos de trabajo, las costumbres sexuales y la situación económica de todo el mundo. Son como un suicidio, ya que envenenan la mente haciendo que uno se fije en lo que hacen los demás con su vida particular, y no en lo que uno podría hacer para mejorar su propia experiencia vital.

Dé siempre más de lo que espera recibir.
recibir.

Ésta es quizá la más importante, porque garantiza virtualmente la felicidad. Ha escuchado usted alguna vez que «El arte de vivir consiste en dar».

Si quiere que su vida funcione, empiece a pensar en cómo dar. Muchos no piensan más que en recibir. No hay ningún problema; eso de recibir es como el océano. Para dar, en cambio, hay que tomar una determinación, o si no el proceso no se pone en marcha. La dificultad estriba en que muchos pretenden recibir, antes que nada. Viene a verme una pareja, por ejemplo, y el marido se queja de que su mujer no le trata bien. La mujer dirá que eso se debe a que él no es nada cariñoso. De manera que cada uno espera que sea el otro quien dé el primer paso.

¿Qué pasaría si se dirigiera usted al jardín y dijera: «Dame fruto? ¿Dame plantas»? El jardín seguramente contestaría: «Perdone usted, señor mío, pero aquí no trabajamos así. Usted debe de ser algo novato. No son ésas las reglas del juego». Y luego le explicaría que hay que plantar la semilla, hay que vigilarla, hay que regar y escardar, echar abono y dispensar otros muchos cuidados; y si se hace bien, al cabo de algún tiempo recogerá sus frutos o podrá contemplar las flores.

CONCLUSIONES

Posiblemente ya tienes algunas conclusiones sobre el amor que te profesas a ti mismo. Quizás pudiste descubrir que no te amabas tanto o que no lo hacías de un modo contundente. Puedes haber llegado a la convicción de que siempre te has querido lo suficiente y estas páginas no agregan nada sustancioso a lo que ya sabías. No existe LA SOLUCIÓN, sólo tendencias. Como un péndulo que nunca se detiene, sólo podemos apaciguar o acelerar su ritmo, pero jamás seremos capaces de que se detenga en un punto exacto. Estas tendencias son aproximaciones, más o menos gruesas, que disminuyen la probabilidad de daño psicológico. Las orientaciones para quererte a ti mismo no siempre son claras, definidas y fijas. Ser avaro es nocivo para tu salud mental, entonces ahorra menos. Funcionar con un punto de control externo extremo no es recomendable, entonces inclínate más hacia un punto de control interno. La modestia excesiva es perjudicial, entonces sé menos modesto. Para amarte a ti mismo, debes inclinar la balanza. Aunque no hay un punto definido, existen tendencias a las cuales puedes recurrir. La propuesta es: desplázate en el sentido contrario al que marcan muchas convenciones, sin caer en el otro extremo. Esto implica un rango o un espacio donde es más probable que prospere la autoestima, el auto-concepto, la auto-imagen y la auto-eficacia. Las metas demasiado altas e inalcanzables son malas para tu auto-concepto, pero las metas pobres también. La tarea es encontrar tu propio punto de equilibrio evitando caer en lo perjudicial de cada extremo. Ese es el reto: halla tu dimensión personal y las distancias adecuadas para quererte cómodamente, sin sobresaltos ni culpas. Pese a todo, el solo intento será saludable: habrás creado la maravillosa necesidad de quererte a ti mismo

APRENDIENDO A QUERERSE A SÍ MISMO

APRENDIENDO A QUERERSE A SÍ MISMO

Quererse a sí mismo es quizás el hecho más importante que garantiza nuestra supervivencia en un mundo complejo y cada vez más difícil de sobrellevar. Curiosamente, nuestra cultura y educación se orientan a sancionar el quererse demasiado. Hay épocas para el amor y decretos sobre lo que es de buen gusto y de mal gusto. Si decides felicitarte dándote un beso, posiblemente las personas que te rodean evaluarán tu conducta como ridícula,. Es mal visto que nos demos demasiado gusto. Cuando pensamos en nosotros mismos por demasiado tiempo, nos contemplamos o nos autoelogiamos, se nos reprende: "Todos los excesos son malos", se nos dice. Discutible. Algunos excesos nos recuerdan que estamos vivos. Nuestra civilización intenta inculcar principios como el respeto al ser humano, el sacrificio, el altruismo, la expresión de amor, el buen trato, la comunicación, etc.

Desgraciadamente, nuestra estructura mental se va formando más sobre la base de la evaluación ajena que en la auto-evaluación, y nos hacemos víctimas de nuestro propio invento.
Desde pequeños nos enseñan conductas de auto-cuidado personal: lavarnos los dientes, bañarnos, cortarnos las uñas, comer, y vestirnos. ¿Pero qué hay del auto-cuidado y de la higiene mental? No se nos enseña a querernos, a gustarnos, a contemplarnos y a confiar en nosotros mismos. La imagen que tienes de ti mismo es heredada o genéticamente transmitida.

Así como construyes una representación interna del mundo que te rodea, la relación que estableces con el mundo no sólo te permite conocer el ambiente, sino también tu comportamiento frente a él. Estas experiencias de contacto con personas (amigos, padres, maestros) y cosas de tu universo material inmediato, desarrollan idea de cómo eres en realidad.

HACIA UN BUEN CONCEPTO

La cultura nos ha enseñado a llevar un garrote invisible, pero doloroso, con el que nos golpeamos cada vez que equivocamos el rumbo o no alcanzamos las metas personales. Hemos aprendido a echarnos la culpa por casi todo lo que hacemos mal y a dudar de nuestra responsabilidad cuando lo hacemos bien. Si fracasamos, decimos: "Dependió de mí"; si logramos el éxito: "Fue pura suerte". ¿Qué clase de educación es ésta, donde se nos enseña a hacernos responsables de lo malo y no de lo bueno? La auto-crítica es buena y productiva si se hace con cuidado
CONSEJOS:
- Trata de ser más flexible, tanto con otros como contigo No pienses en términos absolutistas: no hay nada totalmente bueno o malo.
- Aprende a soportar, a perdonar y a entender tu rigidez como un defecto, no como una virtud. Las cosas rígidas son menos maleables, no soportan demasiado y se quiebran.
- Busca evidencia en contra, descubre los matices.
- No llegues siempre temprano.
- Intenta gritar en una biblioteca.
- Sé más informal un día, a ver qué ocurre.
- Trata de no ser perfeccionista.
- Desorganiza tus horarios, tus ritos, tus recorridos, tu manera de ordenar las cosas, etc. Convive con el desorden una semana.
- Piensa más en las alternativas y las excepciones a la regla. La vida está compuesta de tonalidades más que de blancos y negros.
- Escucha a las personas que piensan distinto de ti Esto no implica que debas necesariamente cambiar de opinión, simplemente escucha. Deja entrar la información y luego decide.
Ejerce el derecho a equivocarte. Los seres humanos, al igual que los animales, aprendemos por ensayo y error. Algunas personas creen que el aprendizaje humano debe ser por ensayo-éxito. Eso es mentira. El costo de crecer como ser humano es equivocarse y "meter la pata".

HACIA UNA BUENA AUTO IMAGEN

En casi todas las épocas y culturas, la “belleza” ha sido admirada como un don especial. De manera similar, las sociedades se han caracterizado por sancionar la “fealdad”. Las personas somos crueles con aquellos que reúnen las características de feas. Es común ver cómo los niños se burlan de los “gordos”, los “bajitos”, los “altos”, los “narigones”, los muy “flacos”, etc.
Consejos:
1. Trata de definir tus propios criterios de lo que es bello o estético. No te dejes llevar de la mano por los "conocedores". En este tema nadie sabe nada. No te dejes regañar por tus gustos. Trata de ser una persona espontánea y auténtica cuando elijas.Juega y disfruta con variaciones sobre la manera de vestirte, peinarte o pintarte
2. Descarta la perfección física y los criterios estrictos No hay un absoluto. Hay niveles de atracción. Hay gorditos atractivos, delgados insípidos, y viceversa. Hay bajitas sensuales, espigadas insulsas, y viceversa.
3. Descubre y destaca las cosas que te gustan de ti. Siéntete orgulloso y feliz de tus atributos físicos. No importa si son muchos o pocos, eres afortunado por lo que tienes. No escondas las cosas que te agradan de ti: destácalas, muéstralas y disfrútalas. Nunca pienses que has "agotado" tus encantos.
4. Tu auto imagen se transmite a otros si te sientes una persona poco interesante y atractiva, darás esa imagen a los demás. . Rompe el círculo vicioso. En cierta manera la belleza es una actitud. Los famosos "feos" o "feas-atractivas" son el resultado de una actitud positiva hacia sí mismos.
5. El aspecto físico es sólo uno de los componentes de tu auto imagen Ser bien parecido es uno de los tantos requisitos de la atractibilidad. No es el único. Ni siquiera el más importante de la atracción interpersonal. Tu estructura molecular (aspecto físico) no garantiza todo. Las personas, además de "lindas" o "feas", pueden ser cálidas, amables, inteligentes, tiernas, seductoras, sensuales, interesantes, educadas, alegres, afectuosas, graciosas, etc. Hay personas que poseen "magia".
6. No importa qué seas o cómo seas. Si realmente te agradas y gustas, siempre encontrarás alguien que guste de ti.

HACIA UNA BUENA AUTO ESTIMA

Si alguien dijera: "Mi pareja me elogia muy pocas veces, no suele darme gusto y cuando lo hace teme excederse, no se preocupa por mi salud, me dedica poco tiempo y casi nunca me contempla", estaríamos de acuerdo en dudar que existe un sentimiento de afecto. El amor se exterioriza hacia afuera con conductas. Si no expreso el sentimiento positivo y hago lo arriba mencionado, el amor se vuelve algo inconcluso, trunco y descolorido. De manera similar, el amor a uno mismo debe expresarse con comportamientos tangibles, aunque la cultura los vea mal. Promulgamos el amor al prójimo a los cuatro vientos, repudiamos la agresión y el mal trato a otros, pero se nos permite, y hasta es bien visto, que regateemos, economicemos y midamos las auto expresiones de afecto. ¿Por qué debemos ser miserables con nosotros mismos? ¿Cuántas veces nos auto elogiamos, nos damos gustos y nos contemplamos? No suele haber tiempo para eso. Si el trabajo dignifica al hombre, el descanso y la recreación también. Planeamos con una exactitud rigurosa los compromisos asumidos, horarios de trabajo, presupuestos económicos, visitas de condolencia, cambios de aceite al carro, idas al dentista, etc. El tiempo libre es, en cambio, considerado como un efecto residual, algo que "sobra" después del trabajo y que muchas veces no sabemos qué hacer con él. El trabajo es sagrado y nuestro tiempo libre no. La sociedad actual nos lleva a cien kilómetros por hora en un viaje donde no hay tiempo para el paisaje. Si alguien se detiene, le pasan por encima... ¡No hay tiempo! El descanso se ha reducido a una función pasiva de recuperación de fuerzas. Muchas personas no duermen, ¡se desmayan! Debemos disponer de tiempo para los hijos, la pareja, los padres, pero no se nos ocurre utilizar algunas horas en beneficio propio. Pensamos que el tiempo mejor aprovechado es el destinado a producir bienes materiales o dinero. No nos interesa producir salud mental. Muchos de mis pacientes se sienten culpables cuando están sentados debajo de un árbol mirando cómo se mueven las hojas. Otros sólo ven en el campo la posibilidad de una finca ganadera: la inversión sólo se justifica si redunda en cosa vendibles.

HACIA UNA BUENA AUTO-EFICACIA

Es necesario establecer metas irracionalmente altas y a una ambición desmedida. Es decir, funcionar con un estilo demasiado competitivo, auto-crítico y estricto con el propio rendimiento, a la larga o a la corta, conduce al fracaso adaptativo. El resultado final será un auto-concepto debilitado, apagado y endeble. Sin embargo, no exigirse es tan malo como sobre-exigirse. El extremo opuesto lo constituyen aquellas personas cuyas metas son pobres, vacilantes e inseguras, que desfallecen ante el primer obstáculo y se muestran indecisas ante los problemas. Así como la autoexigencia desmedida destruye y castiga el ego, la falta de ambición impide un buen crecimiento del mismo. Los retos y los propios desafíos son el alimento principal con los cuales se nutre el auto-concepto. Sí no posees metas o son demasiado diminutas, tu ego será raquítico y frágil. Si no enfrentas los problemas y no peleas para alcanzar tus metas, tu ego morirá de inanición o se atrofiará. No lo dejarás crecer. Sobre-revolucionar el motor es tan malo como no despegarlo. Ambos caminos conducen al mismo final. El principal enemigo para el crecimiento del auto-concepto es la falta de confianza en sí mismo. Si desconfías de ti, no podrás amarte. A la confianza y convicción de que es posible alcanzar los resultados esperados se la denomina auto-eficacia. La baja auto-eficacia te llevará a pensar que no eres capaz. Entrarás en un círculo vicioso, pero por lo bajo. Si no tienes confianza en ti mismo, tus retos personales serán pobres, evitarás enfrentar los problemas, el primer obstáculo te hará desertar, te sentirás fracasado y perderás nuevamente auto-eficacia; lo que a su vez bajará tus metas y auto-exigencia. Tu terrible círculo seguirá retro-alimentándose negativamente y tu estarás perdiendo, cada vez más, seguridad y confianza.

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