Las maestras "rudecindas"
El texto destaca la lucha histórica de las mujeres por el derecho a la educación, considerándolo como el primer paso fundamental para su empoderamiento y participación en la sociedad. Enfatiza que este derecho, ganado a través de arduas batallas, ha permitido a las mujeres ocupar un lugar importante en las aulas como estudiantes y docentes.
Resalta que, incluso antes de obtener el derecho al voto, las mujeres en Europa y América lucharon por acceder a la educación. A pesar de la oposición y los argumentos oscurantistas que buscaban negarles este derecho, las mujeres perseveraron y lograron abrirse paso en el ámbito educativo.
A pesar de la oposición y los obstáculos, las mujeres perseveraron en su lucha por el derecho a la educación. Su determinación y la falsedad de los argumentos en su contra, finalmente, permitieron derribar estas barreras y abrir las puertas del conocimiento a todas las personas, sin importar su género.
La ciencia y la biología como herramientas de opresión
el uso de la ciencia y la biología como instrumentos de poder para justificar la exclusión de las mujeres de la educación. A través de argumentos falaces y pseudocientíficos, se buscaba negarles el acceso al conocimiento y perpetuar su relegación al ámbito doméstico.
Falacias y pseudoargumentos:
Inferioridad cerebral: La idea de que el cerebro femenino era más pequeño y menos capaz que el masculino carece de fundamento científico. Se trata de una construcción social utilizada para justificar la dominación masculina.
Incompatibilidad entre maternidad y estudio: La falsa dicotomía entre maternidad y estudio buscaba limitar las posibilidades de las mujeres, confinándolas al rol de cuidadoras y negándoles la oportunidad de desarrollarse intelectualmente.
Daños teratogénicos: La afirmación de que estudiar durante el embarazo podía provocar malformaciones en el feto no tiene base científica. Se trata de un mito utilizado para infundir miedo y desalentar a las mujeres embarazadas de continuar sus estudios.
Debilitamiento intelectual del bebé: La idea de que el estudio durante el embarazo podía debilitar el intelecto del bebé es absurda. No existe evidencia científica que respalde esta afirmación.