LA REVELACIÓN DE DIOS

I DIOS REVELA SU DESIGNO AMOROSO

Dios ha decidido revelarse a sí mismo y el misterio de su voluntad a través de Cristo, verbo encarnado, permitiendo a los hombres tener acceso al Padre en el Espíritu Santo y compartir la naturaleza divina. Dios desea compartir su vida divina con los hombres, haciéndolos hijos adoptivos en su Hijo único, al revelarse a sí mismo, permitiéndoles conocerle y amarle más allá de sus propias fuerzas.
La revelación de Dios se comunica a través de acciones y palabras que se complementan y esclarecen mutuamente, siguiendo una pedagogía divina que prepara al hombre para recibir la Revelación que culmina en la persona y la misión del verbo, Jesucristo. San Ireneo de Lyon habla en varias ocasiones de esta pedagogía divina bajo la imagen de un mutuo acostumbrarse entre Dios y el hombre.

II LAS ETAPAS DE LA REVELACIÓN

DESDE EL ORIGEN, DIOS SE DA A CONOCER

Dios, creándolo todo y conservándolo por su Verbo, da testimonio de sí mismo a través de la creación y queriendo abrir el camino de la salvación, se manifestó, además, personalmente a nuestros primeros padres, invitándolos a una comunión íntima con gracia y de una justicia resplandecientes. Esta revelación no fue interrumpida por el pecado de nuestros primeros padres. Dios, alentó en ellos la esperanza de la salvación con la promesa de la redención, mantuvo un cuidado incesante por la humanidad, para dar la vida eterna a quienes buscan la salvación atreves de perseverancia en las buenas obras"

LA ALIANZA CON NOÉ

Una vez rota la unidad del género humano, Dios decide desde el comienzo salvar a la humanidad. La alianza con Noé después del diluvio (cf. Gn 9,9) expresa el principio de la Economía divina con las "naciones". Este orden está destinado a limitar el orgullo y perversidad de una humanidad. La alianza con Noé permanece vigente hasta la proclamación universal del Evangelio.

DIOS ELIGE A ABRAHAM

Para reunir a la humanidad dispersa para hacer de él "Abraham", es decir, "el padre de una multitud de naciones". El pueblo de Abraham es elegido para preparar la reunión de todos los hijos de Dios. Los patriarcas, los profetas y otros personajes del Antiguo Testamento han sido y serán siempre venerados como santos.

DIOS FORMA A SU PUEBLO ISRAEL

Después de la etapa de los patriarcas, Dios constituyó a Israel como su pueblo salvándolo de la esclavitud de Egipto y estableció con él la alianza del Sinaí. Israel es el pueblo sacerdotal de Dios. Por los profetas, Dios forma a su pueblo en la esperanza de la salvación, en la espera de una Alianza nueva y eterna destinada a todos los hombres, los profetas anuncian una redención radical del pueblo de Dios, la purificación de todas sus infidelidades, una salvación que incluirá a todas las naciones.

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III CRISTO JESÚS, «MEDIADOR Y PLENITUD DE TODA REVELACIÓN»

DIOS HA DICHO TODO EN SU VERBO

Muchas veces y de muchos modos habló Dios en el pasado a nuestros padres por medio de los profetas; en estos últimos tiempos nos ha hablado por su Hijo. Cristo, el Hijo de Dios hecho hombre, es la Palabra única, perfecta e insuperable del Padre, en el lo dice todo.

NO HABRÁ OTRA REVELACIÓN

La economía cristiana, nunca pasará; ni hay que esperar otra revelación pública antes de la gloriosa manifestación de Jesucristo. A lo largo de los siglos ha habido revelaciones privadas, algunas de las cuales han sido reconocidas por la autoridad de la Iglesia. Sin embargo, no pertenecen al depósito de la fe. Su función no es la de "mejorar" o "completar" la Revelación de Cristo, sino ayudar a vivirla plenamente en una época de la historia. La fe cristiana no puede aceptar "revelaciones" que pretenden superar o corregir la Revelación de la que Cristo es la plenitud.

* Quiara Elizabeht Reyes Vigo - 1f * Eliane Regina Pérez Julián - 1f

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