Educación a distancia, educación presencial y usos de la tecnología: una tríada para el progreso educativo

1. El renacimiento de la educación a distancia

Con el objetivo de hacer llegar la educación a todo aquel que la necesita, aparecieron las prácticas de educación a distancia. Estas prácticas han exigido siempre la existencia de un elemento mediador entre el docente y el discente. El mediador ha sido una tecnología.

Existe un cierto acuerdo para establecer tres grandes bloques de teorías o, por lo menos, de intentos de teorizar la base de la educación a distancia (Keegan, 1996):

a) Teorías basadas en la autonomía y la independencia del estudiante (Delling, Wedemeyer y Moore).

b) Teoría basada en el proceso de industrialización de la educación (Peters). c) Teorías basadas en la interacción y la comunicación (Baath, Holmberg, Sewart y otros).

Elementos en juego comunes en todos los casos de teoría.

-El primero de éstos es el objeto de cualquier sistema educativo: el estudiante. El análisis de sus necesidades y de sus características específicas

-Un segundo elemento es el docente. Es fundamental el papel que el profesor desarrolla en la relación con el estudiante, en las teorías todas hablan de "diálogo", o de un concepto equivalente, como un modelo de educación a distancia.

-El tercer elemento son los recursos que se ponen a disposición de los estudiantes para el aprendizaje. Y ahí es donde aparece otro de los conceptos básicos: la interacción.

2. La reacción de la educación presencial

Algunos Moldeos virtuales de universidades convencionales:

1. Permiten” el uso de las TIC a su profesorado en su labor docente cotidiana

2. “Impulsan” su uso entre su profesorado lo cual Bates (2000) ha denominado el “imperativo tecnológico”.

3. Han elaborado un plan estratégico para la incorporación de las TIC en su institución, en los distintos ámbitos de la docencia, la investigación y la gestión.

4. Han optado por crear sus propias versiones virtuales, mediante el establecimiento de fundaciones o empresas que van a gestionar esos contenidos virtuales de forma independiente de la institución matriz.

3. El punto de encuentro: la convergencia

La educación convencional no va a desaparecer, pero sí a transformarse.

El aprendizaje en ambientes virtuales es el resultado de un proceso, tal y como valoraríamos desde la perspectiva humanista, en el que el alumno construye su aprendizaje.

La diferencia más importante entre la educación en la presencialidad y en la virtualidad reside en el cambio de medio y en el potencial educativo que se deriva de la optimización del uso de cada medio.

Educación y virtualidad se complementan en la medida en que la educación puede gozar de las posibilidades de creatividad de la virtualidad para mejorar o diversificar sus procesos y acciones encaminados a la enseñanza y al aprendizaje.

4. Sujetos de Investigación

Existen estudios empíricos que demuestran que las prácticas educativas mediadas por sistemas virtuales pueden conseguir los mismos resultados que la docencia presencial. Los hay que han sido planteados desde hipótesis positivas (Moore y Thompson, 1990; Phipps y Merisotis, 1999) y otros planteados desde la negación (Russell, 1999).

Se están realizando recopilaciones de estudios de casos que pretenden explicar el fenómeno de la virtualización de instituciones, tanto presenciales (Silvio, 2000) como a distancia

5. Los Retos que deben Afrontarse

Promover la accesibilidad

•Tecnología a través de los sistemas de comunicación

Contribuir a la consecución de un sistema educativo personalizado

•Facilitar las necesidades formativas (discapacitación)

Aumentar la flexibilidad de los sistemas de estudio

•Curriculum
•Ritmo
•Estilo
•Sistemas de evaluación

Materiales y entornos o contextos significantes más interactivos

•Ofrecer materiales a la comunidad académica (sistemas tecnológicos)

Equilibrar la personalización con la cooperación

•Realizar trabajos en equipo y profesores.
•Crear grupos de interés con personas de la comunidad educativa.

La búsqueda de la calidad

•Garantizar alternativas de formación científica y académica
•Alcanzar estándares que permitan la acreditación en contextos no presenciales.