Conocer el idioma: Conocer el idioma y un tener un mayor dominio del vocabulario facilita la redaccion.
Contar con información suficiente y precisa: Usar la información mas relevante.
Conocer y aplicar reglas de ortografía y morfosintaxis.
Usar diccionario: Un buen Diccionario sirve como apoyo para la redacción. Se
recomienda el uso de un Diccionario etimológico y de sinónimos.
Leer buena literatura: Lea mucho, sobre todo a grandes escritores; fíjese en su prosa, analice su modo de expresarse, su arte de componer la narración, una escena o un retrato, la construcción del diálogo.
La redacción consiste en poner por escrito, a partir de un tema específico, ideas o sentimientos, tomando en cuenta cualidades de la escritura como la coherencia y la cohesión.
La composición consiste en la aplicación de un conjunto de estrategias que permiten la escritura consciente, sistemática y organizada de ideas.
ESTRUCTURACIÓN INTERNA:
o Fijar el objetivo del escrito por realizar.
o Determinar quién será el destinatario y cómo es.
o Elegir el asunto general que tratará, con los temas y subtemas relacionados.
o De todo lo pensado, seleccionar el material apropiado para la obra.
o Jerarquizar ese material según la importancia relativa de la obra.
ESTRUCTURACIÓN EXTERNA:
o Ordenar el material pensado, de acuerdo con el plan del escrito.
o Escoger y utilizar las formas del lenguaje apropiadas para esa comunicación.
o Procurar que las expresiones traduzcan el tono intencional que quiere dar al escrito.
o Buscar la manera expresiva conveniente, para que el trabajo tenga las condiciones de fuerza expresiva y modernidad que exige la redacción eficaz.
Es la capacidad de poner en palabras el pensamiento, de manera precisa, coherente y comprensible.
Es una capacidad aprendida, que se puede estudiar, ejercitar y poner en práctica, para llevarla a cabo de la mejor manera.
La redacción depende de nuestra capacidad para organizar las palabras en el discurso escrito, o sea, de qué tan bien usamos la escritura.
Su objetivo es obtener textos lo más comprensibles que se pueda y que expresen sus contenidos con la mayor claridad, agilidad y precisión posibles.
Precisión:
La precisión o exactitud consiste en utilizar las
palabras y expresiones adecuadas al significado
que se quiere dar.
Claridad:
Es la cualidad que permite que un escrito sea
inmediatamente comprensible y fácil de leer.
Concisión:
Consiste en utilizar sólo aquellas palabras que
sean absolutamente necesarias para expresar lo
que se quiere.
Sencillez y naturalidad:
Consiste en el empleo de palabras y formas de
construcción de fácil comprensión, y en evitar
lo rebuscado, ampuloso y rimbombante.
Originalidad:
Esta cualidad enfrenta a quien escribe a ser
honesto consigo mismo, a buscar una expresión
genuina de las ideas concebidas y de los
conocimientos asimilados.
Integridad:
La integridad referencial resulta ser una propiedad requerida para la coherencia interna de un texto.
Coherencia:
La coherencia implica que el texto esté organizado lógicamente y que sea posible interpretarlo.
Cohesión:
La cohesión es la propiedad del texto que conecta las diferentes palabras, oraciones y párrafos mediante ciertos mecanismos que se denominan procedimientos.
Interés:
Esta cualidad busca producir “influencias positivas” en el ánimo del destinatario, para que concentre su atención en el contenido del escrito.
Actualidad:
Se refiere al enfoque que debe darse a la redacción, un enfoque moderno del tema, lejos de palabras y fórmulas estereotipadas, debe usarse un lenguaje moderno con agilidad y vigencia en los aspectos de redacción.