María

Cuando era niño, Efraín fue enviado a *** de Bogotá. Antes de partir, se despidió de su familia y en especial de su hermana, quien simbólicamente le cortó el pelo. A pesar de sus lágrimas y malos presentimientos, siguió a su padre a Bogotá, dejando atrás la casa familiar y a María, quien se despidió de él en la ventana.

Después de seis años, Efraín regresa a su lugat natal una mañana de verano, lleno de amor nacional y deslumbrado por la belleza de la naturaleza. Recuerda momentos y lugares especiales de su juventud y enfatiza la importancia de la memoria para apreciar la verdadera belleza. Cuando llega a casa, siente una sensación de plenitud al reencontrarse con lugares, familiares, especialmente María, y ser recibido por su madre.

La familia se reúne para comer y Efraín se sienta junto a su padre para su mutua satisfacción.
Después de la cena, la conversación entre Efraín y sus padres se vuelve más íntima. María, la joven mencionada anteriormente, cuida al niño y está acompañada por las hermanas del protagonista.
Posteriormente, el padre besa a sus hijas antes de acostarse y la madre lleva al narrador a su habitación, expléndidamente decorada con flores frescas y detalles cuidadosamente arreglados. De entre las hermanas del protagonista, se destaca a María, quien recuerda los gustos de Efraín en flores. La interacción entre Efraín y María revela una conexión especial y evoca recuerdos de la infancia.

Efraín sueña con María, que renueva las flores de su mesa y deja rastros de su presencia en la habitación.
A través de la ventana observa a María y Emma en el jardín, vestidas con sencillez y descalzas, recogiendo rosas. María está siendo mostrada en un entorno natural y familiar.
Luego de esto, la madre invita al Efraín a unirse a una actividad de mujeres, donde se nos muestra el interés de Emma por la vida de la alta sociedad bogotana. María, aunque a veces se sonroja, muestra un encanto y modestia que atrae la atención de nuestro protagonista.

La historia continúa con Efraín cumpliendo con el pedido de su padre de visitar las fincas del valle. Durante su ausencia, observa las notables mejoras en las propiedades de su padre y su trato amoroso y de respeto hacia los esclavos.
La participación de Efraín y su padre en la boda de Bruno y Remigia nos demuestra muy bien la gran conexión emocional y respetuosa que existe entre los dueños y los esclavos.
Sin embargo, la historia da un giro inesperado cuando el padre de Efraín anuncia que debe partir hacia Europa para completar sus estudios de medicina. Aunque el padre lo hace con solemnidad y preocupación, la noticia sumerge al protagonista en una mezcla de emociones, particularmente por la inminente separación de María.

El protagonista, Efraín, siendo un niño, es enviado a estudiar a un colegio en Bogotá. Antes de su partida, su familia realiza se despide muy emotivamente de él. Se queda a vivír en Bogotá, pero regresa seis años después a su hogar. Durante su estadía, se enamora de María, una vieja amiga suya. Todos pasan varios momentos de felicidad, reuniones familiares y una boda de uno de los sirvientes de su padre. Efraín regresa a la ciudad pero planea quedarse durante más tiempo. Sin embargo, su padre le da la noticia de que debe cumplir la promesa de enviarlo a Europa para terminar sus estudios de medicina, lo que genera un conflicto entre sus ambiciones y emociones.