Ventajas y desventajas presentan las aplicaciones web frente a las de
escritorio.

Ventajas

Las aplicaciones web se pueden acceder desde cualquier dispositivo con un navegador y conexión a Internet, lo que facilita su uso en distintas plataformas sin necesidad de instalar software adicional.

Las actualizaciones se implementan en el servidor, por lo que los usuarios siempre tienen acceso a la versión más reciente de la aplicación sin necesidad de descargar o instalar actualizaciones manuales.

Las aplicaciones web pueden funcionar en diferentes sistemas operativos (Windows, macOS, Linux, etc.) y dispositivos (PC, móviles, tabletas) sin la necesidad de versiones específicas para cada uno.

No es necesario instalar la aplicación en el dispositivo del usuario, lo que ahorra espacio en disco y simplifica el proceso de uso.

Como gran parte del procesamiento puede hacerse en el servidor, el dispositivo del usuario puede necesitar menos recursos para ejecutar la aplicación.

Las aplicaciones web suelen ser más fáciles de escalar a nivel de infraestructura, ya que el backend se encuentra centralizado en servidores.

Desventajas

Para acceder a la mayoría de las aplicaciones web se necesita una conexión a Internet estable. En caso de no tener acceso o tener una conexión deficiente, la funcionalidad puede verse afectada.

Las aplicaciones de escritorio suelen ser más rápidas y ofrecen un rendimiento superior, ya que no dependen de la latencia o el ancho de banda de la red. Esto es especialmente importante en aplicaciones que requieren procesamiento intensivo, como software de edición de video o videojuegos.

Aunque las aplicaciones web han avanzado mucho, a veces no pueden igualar la riqueza de funcionalidades que pueden ofrecer las aplicaciones de escritorio, especialmente cuando se trata de integración profunda con el sistema operativo (acceso directo al hardware, periféricos, etc.).

Dado que las aplicaciones web están alojadas en servidores, pueden ser más vulnerables a ataques si no se gestionan correctamente las medidas de seguridad. Además, la información del usuario se almacena y transmite a través de Internet, lo que puede ser una preocupación de privacidad.

Las aplicaciones web suelen tener una latencia más alta debido a la necesidad de comunicación constante con el servidor, lo que puede causar retrasos en ciertas interacciones o procesos.

Los desarrolladores de aplicaciones web tienen menos control sobre el entorno en el que la aplicación se ejecuta, ya que dependen de las características del navegador y de las versiones que los usuarios puedan estar utilizando.