LOS ILUMINATI

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EXISTEN VERDADERAMENTE?donde, como, porque: lo descubriremos a comtimacion

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 sociedad secreta fundada en 1776 por el profesor de la universidad de Ingolstadt (Baviera, Alemania), Adam Weishaupt, que estaba en contra del poder ejercido por el Estado y la influencia de la religión.

fundador

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El profesor de derecho eclesiástico y filosofía práctica de la universidad de Ingolstadt, Baviera, Adam Weishaupt (1748-1830) fundó el 1 de mayo de 1776, con dos alumnos suyos, la Asociación de los perfectibilistas (Bund der Perfektibilisten, en el original alemán, formado por Bund, asociación, y un derivado del latín perfectibilis, 'perfeccionable'). Como símbolo de la organización eligió el mochuelo de Atenea, la diosa griega de la sabiduría. De trasfondo se encontraba el clima intelectual universitario, prácticamente dominado por los jesuitas, orden disuelta tres años antes.Weishaupt, con veintinueve años, estaba aislado respecto del claustro docente, debido a su entusiasmo por las ideas de la Ilustración; para ofrecer protección a sus estudiantes de las supuestas intrigas jesuíticas pero, sobre todo para proporcionarles acceso a la literatura crítica eclesiástica contemporánea, fundó la «Asociación de sabiduría secreta», que en sus comienzos no era más que un círculo de lectores anticlericales con un máximo de veinte miembros. Weishaupt mencionó sus razones para la fundación de la sociedad en su carta Pythagoras oder Betrachtungen über die geheime Welt- und Regierungskunst:1​

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teorias conspirativas

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Mitos y teorías conspirativas[Teoría de William Guy Carr[ La cueva de los iluminados en Aigen (Salzburgo) (vid. Castillo Aigen), un ejemplo de la embellecida imagen de la Orden para el Sturm und Drang.William Guy Carr, un fundamentalista cristiano y escritor de teorías de conspiración y antimasónicas, hizo mención en uno de sus libros de 1955 a la presunta existencia de una serie de cartas escritas entre los años 1870 y 1872, que supuestamente se conservarían en los archivos de la biblioteca del Museo Británico, entre un antiguo militar confederado llamado Albert Pike (de hecho el único representante de la Confederación, y a la vez miembro activo del Ku Klux Klan, honrado con una estatua en Washington D.C.) y el francmasón y carbonario Giuseppe Mazzini, un filósofo y político italiano que se esforzó por unificar los estados italianos y quien había sido seleccionado por los Illuminati para dirigir sus operaciones mundiales en 1834.El Museo Británico desmiente la existencia de dichas cartas y su contenido anacrónico y fundamentalista, más la total ausencia de fuentes del autor, indica que han sido totalmente inventadas por la mente del mismo. Según William Guy Carr, una de las supuestas "cartas" fechada el 15 de agosto de 1871, el mencionado Pike le habría hecho saber a Mazzini el plan de los Illuminati para el "futuro" del mundo:Fomentaremos tres guerras que implicarán al mundo entero.La primera de ellas permitiría derrocar el poder de los zares en Rusia y transformar ese país en la fortaleza del comunismo ateo necesaria como una oposición controlada y antítesis de la sociedad occidental. Las divergencias causadas por los "agenteur" (agentes) de los Illuminati entre los imperios británico y alemán serán utilizados para provocar esta guerra, a la vez que la lucha entre el pangermanismo y el paneslavismo. Un mundo agotado tras la guerra, no interferirá en el proceso de construcción de la "nueva Rusia" y el establecimiento del comunismo, que será utilizado para destruir los demás gobiernos y debilitar a las religiones.La segunda guerra mundial se desataría aprovechando las diferencias entre la facción ultraconservadora y los sionistas políticos. Se apoyará a los regímenes europeos para que terminen en dictaduras que se opongan a las democracias (Nazismo, Fascismo, Comunismo y Socialismo) y provoquen una nueva convulsión mundial cuyo fruto más importante será el establecimiento de un Estado soberano de Israel en Palestina que venía siendo reclamado desde tiempos inmemoriales por las comunidades judías. Esta nueva guerra debe permitir consolidar una Internacional Comunista bastante fuerte para equipararse a la facción cristiana/occidental.La tercera y definitiva guerra se desataría a partir de los enfrentamientos entre sionistas políticos y los dirigentes musulmanes. Este conflicto deberá orientarse de forma tal que el Islam y el sionismo político se destruyan mutuamente y además obligará a otras naciones, una vez más divididas sobre este asunto, a entrar en la lucha hasta el punto de agotarse física, mental, moral y económicamente... Liberaremos a los nihilistas y a los ateos, y provocaremos un formidable cataclismo social que en todo su horror mostrará claramente a las naciones el efecto del absoluto ateísmo, origen del comportamiento salvaje y de la más sangrienta confusión. Entonces en todas partes, los ciudadanos, obligados a defenderse contra la minoría mundial de revolucionarios, exterminará a esos destructores de la civilización, y la multitud, desilusionada con el Cristianismo, cuyos espíritus deístas estarán a partir de ese momento sin rumbo y ansiosos por un ideal pero sin saber dónde hacer su adoración, recibirán la verdadera LUZ a través de la manifestación universal de la doctrina pura de "Lucifer", sacada a la vista pública finalmente. Esta manifestación resultará del movimiento reaccionario general que seguirá a la destrucción del Cristianismo y ateísmo, ambos conquistados y exterminados al mismo tiempo.Citado según William Guy Carr, en Peones en el juego, 1955.Revolución francesa[editar]Véase también: Teorías de la conspiración masónica en la revolución francesaNo por último se les ha hecho responsables de la Revolución francesa. Esta grave sospecha fue formulada por primera vez en 1791 por el párroco francés Jacques François Lefranc en su libro Le voile levé pour les curieux ou les secrets de la Révolution révéles à l'aide de la franc-Maçonnerie (El velo destapado para los curiosos o los secretos revolucionarios de la ayuda francmasona). Su posterior difusión se la debe sin embargo a otros dos autores, que poco después compusieron extensas obras sobre los orígenes revolucionarios franceses: el ex-jesuita francés Augustin Barruel y el erudito escocés John Robison. Ambos intentaron, con mutua independencia, demostrar que no desataron la revolución ni la permanente presión del tercer estado, ni la difusión de los ideales ilustrados, ni la mala cosecha del año previo ni tampoco la mala gestión de la crisis por el rey Luis XVI, sino que fueron los Iluminados. Para esto aportan principalmente tres pruebas:

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orígenes

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a Orden de los Iluminados (Illuminatenorden en el original alemán, compuesto derivado del latín illuminati, ‘iluminados’, y orden) es el nombre dado a varios grupos. Históricamente se refiere a la organización Illuminati de Baviera, una sociedad secreta de la época de la Ilustración, fundada el 1 de mayo de 1776, la cual manifestaba oponerse a la influencia religiosa y los abusos de poder del estado. Con el apoyo de la Iglesia católica, el gobierno de Baviera prohibió la organización de los Illuminati (junto con otras sociedades secretas), y esta se disolvió en 1785. En los años siguientes, el grupo fue vilipendiado por críticos, que afirman que los miembros de los Illuminati de Baviera se reagruparon y fueron los responsables de la Revolución Francesa.

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simbolo de origen de los iluminados de baviera

pruebas de su existencia

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