Radiaciones ionizantes y no
ionizantes.
La radiación ionizante es un tipo
de energía liberado por los átomos
en forma de ondas
electromagnéticas o partículas.
Tipos de exposición: Externa: Cuando el material radiactivo
está presente en el aire (polvo, líquidos, aerosoles) se
deposita en la piel o la ropa y puede eliminarse del cuerpo
con un simple lavado. Interna: Cuando un radionuclido es
inhalado o entra de algún otro modo en el torrente
sanguíneo (inyecciones o heridas) pero se expulsa
espontáneamente o por un tratamiento
También
Puede resultar de la irradiación
externa, por ejemplo: la exposición
médica de los rayos X y que se
detiene cuando la persona sale del
campo de irradiación.
Fuentes de la radiación: Las personas están expuestas a la
radiación natural a diario provenientes de muchas fuentes
presentes en el suelo, agua y aire. La exposición humana a
la radiación proviene de fuentes artificiales que van desde la
generación de energía nuclear hasta el uso médico para
fines de diagnostico o terapéuticos.
Efectos de la radiación: El daño depende de la dosis
recibida o absorbida, también depende del tipo de
radiación y la sensibilidad de los diferentes órganos y
tejidos.
Puede afectar el funcionamiento
de los órganos y producir efectos
agudos tales como enrojecimiento
de piel, caída del cabello o
quemaduras.
Pueden producirse efectos a largo
plazo; si el daño es reparado pero
incorpora errores, transforma la
célula y puede producir cáncer
pasados los años.
Medidas de protección a la salud en las
emergencias nucleares: 1° Evacuación. 2°
Refugio bajo techo. 3° Administración de yodo
no reactivo. 4° Medidas con los alimentos, agua
y agricultura.
Las radiaciones no ionizantes son
generadas por movimientos
acelerados de partículas eléctricas,
pero podemos encontrar otros
fenómenos que las generan,
básicamente consisten en ondas
eléctricas vibratorias que se
trasladan en el espacio
acompañadas por un campo
magnético vibratorio.
Las radiaciones no ionizantes sí
que pueden tener efectos
biológicos en las personas
expuestas dependiendo de la
frecuencia de emisión y la cantidad
de energía recibida. Resumimos
los principales:
Radiaciones ultravioletas: existen distintos tipos y pueden llegar
a ser ionizantes. Pero, centrándonos en las no ionizantes, estas
están muy presentes en el sector sanitario para esterilizar
herramientas médicas, pero también en la industria (por
ejemplo, ciertos equipos de soldadura las emiten). Puede
producir daños en la piel como quemaduras, erupciones e
incluso provocar cáncer de piel.
Radiaciones de tipo visible: proceden sobre todo de aparatos
como láseres. Este tipo de maquinaria es capaz de concentrar la
energía en una zona muy reducida y, de esta intensidad
concentrada, nacen los principales riesgos. Afectan sobre todo a
los ojos, por lo que es obligatorio usar los láseres con protección
óptica. Dependiendo del tipo de láser manejado, los riesgos
laborales asociados varían
Radiofrecuencias y microondas: en el ámbito médico, son las
máquinas de diatermia las que producen este tipo de
radiaciones no ionizantes. Su efecto directo es el aumento de
la temperatura de la piel.
Las medidas de protección ante las
radiaciones no ionizantes son
sobre todo las siguientes:
La maquinaria debe encenderse
solamente durante el tiempo que
se vaya a usar.
Se debe elegir la potencia más
baja posible dentro del
tratamiento.
Limitar el tiempo de exposición a
las radiaciones no ionizantes de los
trabajadores calculando
rotaciones.
Control de la distancia de
seguridad frente a la maquinaria
que emite radiaciones no
ionizantes.
Uso de equipos de protección
individual como gafas de
seguridad para prevenir daños
derivados.