Es considerado una de las tradiciones más representativas de nuestra cultura mexicana
De acuerdo al calendario
católico el 1 de noviembre
corresponde a los niños muertos.
Y el día 2 a los fieles difuntos,
es decir, a los adultos.
El copal y el incienso representan
la purificación del alma y es su
aroma el que es capaz de guiar a
los difuntos hacia su ofrenda.
El papel picado representa la pureza
y el duelo.
El agua es necesaria para calmar
la sed del visitante después de un
largo recorrido.
La sal ésta sirve para que el alma no
se corrompa en su viaje de ida y vuelta.
El pan tiene 2 significados, por una parte
representa la cruz de cristo y por otro lado
las tiras sobre la corteza representan huesos
y el ajonjolí las lagrimas de las almas que no
han encontrado el descanso.
La flor de cempasúchil al igual que el copal,
se cree que su aroma atrae y guía a las
almas de los muertos.
Las calaveritas de azúcar hacen alusión a
la muerte y de cierta forma, se burlan de
ella, siendo costumbre escribirles en la
frente el nombre del difunto.
Esto ayuda a facilitar el retorno de
las almas a la tierra.
También se colocan velas trazando el
camino que van a recorrer para que
estas almas no se pierda y lleguen a
su destino