Estudio Tuskeege
Los responsables del experimento
Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC),en cooperación con investigadores guatemaltecos y la Oficina Sanitaria Panamericana. La dirección de
los experimentos estuvo a cargo
de John C.Cutler, bajo la supervisión de los médicos R.C.Arnold y John F.Mahoney,en Guatemala el Dr.Juan Funes
El origen de los experimentos en Guatemala
En 1943 la penicilina era el antibiótico predilecto para "curar" sífilis, pero no estaban convencidos
Doctor John Cutler.Después de unos primeros trabajos en
prisiones, Los investigadores diseñaron un estudio más ambicioso: infectara la población normal con prostitutas.
En 1945 el doctor Juan Funes, un médico militar de ,estuvo trabajando en el Venereal Disease Research Laboratory (VDRL) durante un año y ofreció a los
estadounidenses llevar a cabo los estudios en su país.
Los experimentos de Guatemala
En 2010 se publicóenlaprensaelhallazgo de Susan Reverby acerca de los experimentos médicos sobre sífilis realizados en Guatemala durante1946-1948
Más de 2 años se habían llevado acabo (soldados,prisioneros, pacientes con alteraciones psiquiátricas y prostitutas) sin su consentimiento
inoculando de forma deliberada a 1.308 adultos sífilis,chancroide y gonorrea,y usando a las prostitutas infectadas como método de contagio.
Antecedentes
En 1928, Bruusgard realizó una investigación en Oslo, estudiando las manifestaciones patológicas de la sífilis no tratada en centenares de hombres blancos, encontrando una mayor afectación cardiovascular, mientras que los casos con afectación neurológica eran escasos.
La idea original partió al parecer de Taliaferro Clark, que propuso observar la evolución de enfermos de sífilis no tratados durante un período de 6-8 meses, pasando a continuación a tratarlos según los estándares de la época, que incluían Salvarsan y bismuto.
Se tomó un grupo de 600 individuos afroamericanos de Macon County (Alabama); 399 de ellos habían contraído la sífilis previamente y un grupo control de 201 hombres sanos. Los participantes en este estudio, en su mayoría analfabetos, recibían atención médica gratuita, una comida diaria y un seguro de 50 $ para cubrir sus gastos de entierro, en caso de fallecimiento. No se les comunicó que tenían sífilis ni se les trató.
Cobayas humanas
Los investigadores estaban obsesionados con obtener datos para la ciencia, por encima de cualquier consideración ética. No era un estudio secreto, numerosos datos y artículos fueron publicados a lo largo de todo el experimento.
Introducción de la penicilina en el tratamiento de sífilis.
El éxito del tratamiento fue notable, y en 1947 la penicilina se había convertido ya en el tratamiento estándar para la sífilis. Sin embargo, el tratamiento fue intencionadamente denegado a muchos de ellos, advirtiéndoles específicamente a los sujetos del estudio que evitaran el uso de penicilina.
A pesar de que el gobierno de los EE. UU. patrocinó
campanas sanitarias para la erradicación de la sífilis, el
grupo del estudio Tuskegee fue cuidadosamente evitado.
Códigos éticos
Ni el código de Nüremberg (1947), ni la postura de la Iglesia
Católica (1952), ni la posterior Declaración de Helsinki
(1964), que insistían en la necesidad de anteponer el bienestar del individuo frente a toda experimentación médica en la necesidad de que los sujetos de un estudio lo hagan en
total libertad y debidamente informados, fueron suficientes para detener el experimento de Tuskegee,
Final del estudio
1972, cuando una filtración a la
prensa condujo a su cancelación.
El CDC reafirmó la necesidad de completar el estudio hasta que todos los pacientes hubieran muerto para poder realizar las autopsias.
El estudio Tuskegee había durado 40 anos y solo 74 sujetos estaban aún vivos. De los 399 participantes infectados 28 habían muerto de sífilis y otros 100 de complicaciones médicas relacionadas. Además, 40 mujeres de los sujetos resultaron infectadas y 19 niños nacieron con sífilis congénita.
Responsabilidades éticas
Protección de personas y animales. Los autores declaran
que para esta investigación no se han realizado experimentos en seres humanos ni en animales.
Confidencialidad de los datos. Los autores declaran que
han seguido los protocolos de su centro de trabajo sobre la
publicación de datos de pacientes y que todos los pacientes
incluidos en el estudio han recibido información suficiente
y han dado su consentimiento informado por escrito para
participar en dicho estudio.