etapas del desarrollo psicomotor

Maduración motora de 0 a 5 meses

Patalea como una manera refleja de caminar.

Levanta la cabeza por algunos segundos si está boca abajo.

Maduración motora a los 7 meses

Se sienta ayudándose de manos y pies.

Siente la sensación de independencia.

Tiene aun la cabeza pesada y aun no tiene el equilibrio total.

Maduración motora hasta los 11 meses.

Básicamente pasa de gatear a pararse de pie en una posición de 3 puntos, agarrándose de algún punto de apoyo.

Maduración psicomotora del niño de 2 a 4 años

En este período el niño es más independiente y disfruta de su autonomía. Ha ganado un mayor control sobre sus movimientos y se siente más seguro de sí mismo.

uno de los cambios más importantes es que empieza a manifestarse la predominancia lateral, de forma que empezará a utilizar más una mano que la otra, lo cual le ayudará a perfeccionar sus movimientos motores finos.

Su memoria también se ha consolidado y puede recordar órdenes sencillas, contar hasta 4 con facilidad, distinguir los colores y diferenciar los objetos según sus características.

Maduración motora de 5 a 7 meses.

Levanta sus piernas ya fuertes.

Se da vuelta por sí mismo.

Puede coger cosas con sus manos.

Guía su mirada.

Lleva a su boca objetos.

Maduración motora a los 9 meses

Se impulsa en 4 patas.

Gatean de pompas.

Aprecian altura y profundidad.

Desarrollan la visión periférica

Maduración de 1 a 2 años.

a finales de los 2 años ya podrá correr y subir y bajar escaleras con relativa facilidad.

ya será capaz de utilizar la cuchara para llevarse los alimentos a la boca sin derramar el contenido.

En esta etapa ya puede decir algunas palabras con significado y comprender órdenes sencillas como “dame” o “toma”. De hecho, su vocabulario estará formado por unas 50 palabras, lo cual le permitirá comunicarse con más facilidad.

Maduración psicomotora de 4 a 8 años.

Entre los 4 y 8 años alcanza un control casi perfecto de sus movimientos, por lo que empieza a adquirir nuevas habilidades de coordinación que le permitirán aprender a montar bicicleta o patinar.

Su motricidad fina también se perfecciona, de hecho, sus trazos son mucho más firmes, ya sabe escribir con relativa facilidad e incluso puede rasgar y recortar con mucha precisión.

También es más consciente de sus emociones y es capaz de expresarlas u ocultarlas. Asimismo, ha aprendido a captar una gama de emociones más amplia y mostrarse más empático con los demás.