Referencia bibliográfica: Rodríguez Sacristán, J. (2014). Psicopatología infantil básica: teoría y casos clínicos. Difusora Larousse. https://elibro-net.bibliotecavirtual.unad.edu.co/es/ereader/unad/114754?page=21, Páginas 22-25, Páginas 35-43.
Psicopatología infantil básica
En los diferentes períodos de la infancia se dan múltiples logros y conflictos, estos últimos pueden ser factores predisponentes a el desarrollo de trastornos mentales en un niño.
El niño logra grandes progresos en su comportamiento psicosocial y en la relación con su organismo, al mismo tiempo aprende sobre estilos emocionales y afectivos lo que aporta a la integración de la personalidad.
Algunos conflictos que se pueden presentar en esta etapa de la infancia son: Una variación entre confianza y desconfianza, comienzos del lenguaje oral y rechazo a ciertos vinculos.
Los conflictos predisponen a trastornos relacionados a: Autismo, Síndromes por deprivación, Trastorno del sueño y digestivos y estructuras deficiarias.
El niño adquiere un lenguaje más profundo y se despega un poco de los padres.
Algunos conflictos de esta etapa de vida varían entre confusión de la realidad, independencia, inseguridad, crisis vitales, pequeños desequilibrios de la personalidad y conflictos edipianos.
Los conflictos predisponen a trastornos mentales relacionados con: Psicosis desintegrativa, Angustia, Aislamiento, Miedos, Estructuras deficitarias, Trastornos de lenguaje y esfinterianos.
El niño en esta etapa de vida logra tener motivaciones lúdicas, académicas y de sus pares, tener un control parcial de la lógica y la industriosidad.
Los conflictos que presenta en esta edad el niño son varios, empiezan por los sentimientos de vergüenza, soledad y culpabilidad.
Los conflictos llevan a Trastornos de aprendizaje, Mutismo, Fobia escolar, TICS, Trastornos obsesivo compulsivos y ansiedad.
A esta edad el joven logra un despegue de autonomías, motivaciones en torno a al psicosexualidad y un desbalance emocional.
Los conflictos que aparecen en este ciclo de vida se basan en identidad, personal, de dependencia-independencia, sexual y de roles, conflictos consigo mismo y con los demás.
Los conflictos anteriores son predisponentes a que el joven desarrolle trastornos mentales de tipo Alimentario, Sexual, De conducta, De ánimo, Esquizofrenia y Sintomatología de conversión.
Son múltiples y variadas las causadas por las cuales un niño o joven puede llegar a tener alguna enfermedad mental, donde también la individualidad y la identidad propia del sujeto afectado puede llegar a complicar más el proceso de identificación de las causas de un trastorno.
En las causas sociales predominan la familia, la escuela y el contexto cultural, económico y geográfico, donde diferentes situaciones de estos entornos (hogar roto, errores en la educación, experiencias personales aisladas, entre otra gran cantidad) pueden ir generando en el niño/joven patologías mentales.
En las causas psicológicas predominan las experiencias que tienen un potencial patogénico que desequilibra la adaptación de los niños, donde se vuelven vivencias traumáticas predisponentes a malestares psíquicos o emocionales que pueden llevar a patologías.
En las causas biológicas predominan los genes del individuo (alteraciones provocadas o cromosómicas o por penetraciones parciales), en el sistema nervioso central (interferencias o anomalías en el S.N.C., consecuencias de daño cerebral) y componente cocausales mixtos (sueño, alimentación, temperamento del individuo, entre otros).
Los trastornos mentales se originan teniendo en cuenta los factores que influyen el desarrollo normal del niño.
Hace referencia al entorno afectivo del menor, el cual es un aspecto importante que tiene influencia en el desarrollo psicológico del niño y en sus vínculos con los padres, vecinos y amigos, también otro factor es el sociocultural en el cual se interrelacionan los contextos de la familia, escuela y sociedad.
Hacen referencia a la información genética que se genera desde el embrión en la concepción, al desarrollo y evolución del sistema nervioso, de igual modo al continuo desarrollo del sistema psicomotor y las cogniciones del niño, finalizando el temperamento.