af Diana Garcia 4 år siden
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Bajo el creciente malestar del pueblo inglés. El propio Arzobispo absolvió al rey Juan de la excomunión en 1213 y le impuso un juramento de buen gobierno y retorno a las buenas leyes de sus predecesores.
Si consideramos la Carta como lo que fue, un texto jurídico en base a la mentalidad feudal, su relación con los propósitos de los barones y los derechos demandados son claros
La influencia de la Magna Carta Libertatum fue creciendo con el tiempo, si bien su confirmación se dio en los reinos de los monarcas ingleses a partir del propio Enrique III.
Pasaron siglos para que los aspectos principales del documento como el derecho al debido proceso y la garantía de audiencia fueran incorporados a los instrumentos jurídicos principales de otras naciones europeas o incluso, americanas.
Diana Carolina García Ordoñez, Yury Marecela García Ordoñez Sede Tintal
Los americanos contemplan la Magna Carta con veneración casi religiosa, pues la citan constantemente en debates políticos, editoriales de prensa, y opiniones y sentencias judiciales
Tanto por parte de la Corte Suprema como de los juzgados de menor jerarquía, todo lo cual, pese a la hipérbole y distorsiones de la historia, indican el lugar de la Carta como símbolo de un gobierno limitado en el pensamiento jurídico y político estadounidense.
Pero había sido despojado de los medios para ello: la pérdida de sus dominios franceses no fue sólo un golpe a su orgullo, sino que implicaba la pérdida de grandes rentas.
Para recuperarlas necesitaba mucho más dinero del que Inglaterra podía darle en condiciones normales.
La historia y la leyenda han convertido al rey Juan en una figura paradigmáticamente negativa, incluso a partir de su sobrenombre popular como ‘Juan Sin Tierra’
El rey Juan asumió el trono entre la controversia y el descontento popular, la desconfianza en la corona, la necesidad de defensa de los territorios continentales, la amenaza constante del monarca francés, el malestar de la Iglesia y su propio carácter conflictivo y voluble.