El ambicioso proyecto de la Nueva Ruta de la Seda de China implica una inversión colosal en infraestructura global, con la promesa de desarrollo y prosperidad tanto para China como para el resto del mundo.
Siguiendo el desvío de la propia Ruta de la Seda, la carretera asciende por el Himalaya, cruza los 4730 m del paso de Khunjerab hasta Pakistán y el mítico valle del Hunza. Termina a 1300 km de Kashgar, en la ciudad pakistaní de Rawalpindi.
La Ruta de la Seda fue una red de rutas comerciales organizadas a partir del negocio de la seda china desde el siglo I a. C., que se extendía por todo el continente asiático, conectando a China con Mongolia, el subcontinente indio, Persia, Arabia, Siria, Turquía, Europa y África.
En 2019 Italia se incorporó a la Nueva Ruta de la Seda. Las inversiones en el puerto de Trieste, en el norte del país, ya estaban acordadas.
Se teme que China consolide su supremacía en el mundo y divida a Europa.
Esta iniciativa consiste en el establecimiento de dos rutas combinadas, una de infraestructuras terrestres y otra marítima, que mejorarían las conexiones chinas tanto en el continente asiático como hacia el exterior, dando a China más influencia económica y política a nivel mundial.
En consecuencia, mucho más que intercambio comercial, la ruta también fue causa de importantes innovaciones como la creación del dinero y fue una abundante fuente para el intercambio cultural, de información, conocimientos y creencias.
El término "Ruta de la seda" fue creado por el geógrafo polaco Ferdinand Freiherr von Richthofen, quien lo introdujo en su obra Viejas y nuevas aproximaciones a la Ruta de la seda, en 1877.
El sueño de la Nueva Ruta de la Seda le cuesta al estado chino cientos de miles de millones de euros.
Después de la crisis financiera griega, ningún país europeo quería invertir en este país. Solo China supo ver la oportunidad y compró acciones del puerto de El Pireo.
Una red comercial entre Asia, África y Europa. Más de 70 países ya forman parte de esta nueva iniciativa que podría cambiar el viejo orden mundial.
China está invirtiendo en puentes, puertos, líneas de ferrocarril y carreteras en todo el mundo.
El presidente chino Xi Jinping promete desarrollo y riqueza no solo para China, sino para el mundo entero. Sin embargo, la mayoría de los proyectos de infraestructura son ejecutados por chinos.