por antonella gonzalez hace 4 años
615
El examen físico del abdomen es poco fiable, sin embargo, la presencia de rigidez o distensión abdominal en un paciente con traumatismo en el tronco es una indicación de pronta cirugía exploratoria.
Las heridas de bala en el abdomen anterior, entre el cuarto espacio intercostal y la sínfisis púbica, cuya trayectoria por radiografía o basado en la herida de entrada y salida sugiere penetración peritoneal suelen ser sometetidos a una laparotomía exploratoria. Las heridas de bala en la pared posterior o en el flanco son más difíciles de evaluar debido al mayor grosor del tejido entre la piel y los órganos abdominales, de modo que una herida punzante que penetre hacia la cavidad peritoneal tiene menos probabilidades de lesionar a los órganos intraabdominales.
Las puñaladas anteriores y laterales producen heridas en el tronco que a menudo suelen ser exploradas con anestesia local en la sala de emergencia para determinar si el peritoneo ha sido penetrado. Las heridas que no penetran la cavidad peritoneal no requieren una nueva evaluación.
El bazo es el segundo órgano intra-abdominal más perjudicado en los traumatismos abdominales en niños Debido a la capacidad del bazo a sangrar profusamente, la ruptura del bazo puede ser mortal, por medio de un choque hipovolémico. Sin embargo, a diferencia del hígado, el traumatismo penetrante del bazo, del páncreas y de los riñones no posan una amenaza inmediata de choque por una injuria a menos que uno de los principales vasos sanguíneos que suple el suministro de estos órganos sea lesionado, tal como la arteria renal
El páncreas puede ser lesionado en el trauma abdominal, por ejemplo, seguido de una laceración o contusión. Las lesiones de páncreas, en la mayoría de los accidentes causados por bicicleta, sobre todo por el impacto con el manubrio en niños y accidentes de tránsito en adultos, por lo general se producen de forma aislada en los niños y acompañado de otras lesiones en los adultos.
Los riñones también pueden ser lesionados en traumatismos abdominales, a pesar de estar un tanto pero no totalmente protegidos por las costillas.6 Las contusiones y laceraciones renales también ocurren con frecuencia. La lesión renal, un hallazgo común en niños con traumatismo abdominal romo, puede estar asociada con sangre en la orina.11 Las laceraciones renales pueden estar asociadas con urinomas, y fugas de orina en el abdomen.
El intestino delgado ocupa una gran parte del abdomen y puede resultar dañado en lesiones penetrantes. El intestino puede resultar perforado, y la presencia de gas en la cavidad abdominal visualizada en una tomografía axial computarizada se interpreta como un signo diagnóstico de perforación intestinal. La perforación intestinal debe ser reparada quirúrgicamente.
TRATAMIENTO
El tratamiento inicial consiste en la estabilización del paciente asegurando una adecuada vía aérea, respiración efectiva y circulación, y poder identificar con detenimiento las lesiones implicadas. La exploración quirúrgica es necesaria para los pacientes con lesiones penetrantes y signos de peritonitis o en choque hemorrágico. El manejo conservador puede estar indicado en pacientes con estabilidad hemodinámica. En situaciones de hemorragia intrabdominal está indicada la laparotomía y packing. Recientemente se han descrito alternativas al packing hepático tradicional con sistemas de vacío para el control de la hemorragia.
BIBLIOGRAFIA
Pacheco, A. M. (septiembre de 2011). Elseiver. Obtenido de https://www.elsevier.es/es-revista-revista-medica-clinica-las-condes-202-articulo-trauma-abdomen-S0716864011704746 Wikipedia. (s.f.). Obtenido de https://es.wikipedia.org/wiki/Traumatismo_abdominal
Las heridas de bala, que son lesiones de alta energía en comparación con las heridas de arma blanca, suelen ser más dañinos que esta última. Las heridas de bala que penetran en el peritoneo resultan en daños significativos a las grandes estructuras intra-abdominales en más del 90 por ciento de los casos.
El trauma abdominal se divide en dos tipos: contundente y penetrante. Aunque el trauma abdominal penetrante se diagnostica normalmente basándose en los signos clínicos, es más probable que el diagnóstico de un trauma abdominal contuso se pierda debido a que los signos clínicos son menos notorios.
Las lesiones contusas predominan en las zonas rurales, mientras que los penetrantes son más frecuentes en los entornos urbanos.1 El traumatismo penetrante se subdividen en punzocortantes y heridas por armas de fuego, que tienen diferentes abordajes.